Llorar? Sí, lloro. Lloro por dolor, angustia, resentimiento, tristeza, cuando las cosas no salen como espero. Llorar me parece un signo de debilidad, de transparencia, de desnudarte de alma. Llorar de felicidad? Sí, también. Llorar de felicidad me parece similar a tocar el cielo con las manos, me parece el símbolo más adecuado y acertado para demostrar mi bienestar, mi pureza, mis ganas de vivir, mis ganas de decir: "Quiero ser feliz, SOY FELIZ". Llorar de felicidad es.... dificil, porque las personas tenemos ese defecto, ese presentimiento que nos dice: "Las cosas están saliendo muy bien, y me asusta, me asusta que de un día para el otro esté viviendo en una agonía otra vez" porque desconfiamos de nuestro bienestar, la felicidad nunca es suficiente para nosotros, o por lo menos para mí. "En la vida no se puede tener todo, sin embargo, es necesario aspirar a ello, porque la felicidad no es una meta sino un estilo de vida."- Federico Moccia