Uno y uno
- ¿Nunca pensaste que en algún momento te vas a morir?
Su pregunta me sorprendió pero no me dejó perpleja. Lo miré a los ojos a punto de hablar pero me perdí pensando en formular una respuesta. Tenía la mirada perdida como si la pregunta que me hizo se la hubiese hecho a si mismo y no supiera responder.
-Sí, lo pensé alguna vez.
Pude contestar, pero mi respuesta no justificaba todo lo que había pensando. La muerte... esa palabra que lleva a pensar que es un lugar, o la representación de un grito ahogado, o que la muerte es el verdadero comienzo de la vida. Siempre sostuve que tener la muerte asegurada e inevitable hacía pensar a las personas que debían hacer todo lo que querían sin desperdiciar ni un minuto, aprovechar cuanta oportunidad se les presente y eso, de alguna forma alargaba la vida. Siempre fue una excusa para hacer las cosas a tiempo y poder llegar a ejecutar alguna meta o plan sin que sea solo una idea mental.
-Lamentablemente, la muerte nos justifica la vida. Pero todo lo que hacemos queda y es inmune a la muerte, supongo que esa es su dulce venganza.
Le contesté.
Su pregunta me sorprendió pero no me dejó perpleja. Lo miré a los ojos a punto de hablar pero me perdí pensando en formular una respuesta. Tenía la mirada perdida como si la pregunta que me hizo se la hubiese hecho a si mismo y no supiera responder.
-Sí, lo pensé alguna vez.
Pude contestar, pero mi respuesta no justificaba todo lo que había pensando. La muerte... esa palabra que lleva a pensar que es un lugar, o la representación de un grito ahogado, o que la muerte es el verdadero comienzo de la vida. Siempre sostuve que tener la muerte asegurada e inevitable hacía pensar a las personas que debían hacer todo lo que querían sin desperdiciar ni un minuto, aprovechar cuanta oportunidad se les presente y eso, de alguna forma alargaba la vida. Siempre fue una excusa para hacer las cosas a tiempo y poder llegar a ejecutar alguna meta o plan sin que sea solo una idea mental.
-Lamentablemente, la muerte nos justifica la vida. Pero todo lo que hacemos queda y es inmune a la muerte, supongo que esa es su dulce venganza.
Le contesté.
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