Hoy tampoco
Todos los viernes la misma historia. Pensar en el Viernes. Esperar el Viernes. Rogar que llegue. Aunque sea recién Lunes. O Miércoles. Los días intermedios siempre fueron un obstáculo a mi ansiedad. A esa ansiedad que se hacía más grande cuando llegaba el día estrella. Porque los Viernes eran un: " ¿y si sí?" "¿Y si era el día?" "¿Y si era el comienzo de algo grande? "'Y si al llegar a mi casa ya no solo volvía con tragos de más en vano?" Esos tragos que tomás después de las 4 am innecesarios, pero necesarios para sentirte en "esa" y que te impulsan a mandarte cagadas que te dan una excusa para volver riéndote a tu casa. El viernes se convirtió en la razón de mis triunfos, y en la razón de mis noches de mierda. No importa si había tenido problemas en el trabajo, para mí el viernes a la noche iba a conocer al Chino Darín y me iba a llevar a vivir a España. (Lo conocí posta pero no me llevó a España. Bajón). Viviría eternament...