When she was just a girl, she expected to the world.

Había una vez una chica, una chica que siempre lo tuvo todo. Una chica a la que su familia y sus amigos adoraban. Una chica que tenía su camino y su vida libre de piedras, de espinas y de cualquier cosa que la lastime y la haga sufrir. Su vida no conocía lo que eran los deslices, las equivocaciones, no tenía idea lo que era sufrir ni perder. 
Su vida siguió siendo así de utópica hasta que de repente, todo empezó a caer sobre ella, como piezas de dominó, como si alguien soplara todo lo que había construído. Ninguno de los que la conocían ni ella misma podían creer lo que estaba sucediendo, bah en realidad ella sí sabía lo que había sucedido: había conocido eso de lo que todos hablaban, pero ella nunca había sentido, el amor. No podía entender como algo lindo, como algo ideal y perfecto (porque así lo imaginaba ella) podía ser un arma de doble filo, podía lastimar tanto, podía volverla tan débil y vulnerable. Se sintió desconcertada, traicionada hasta incluso humillada. ¿Como podía ser que todo le haya salido a la perfección y en el amor no?! Ella sabía que lo estaba subestimando, pero no podía hacer nada para evitarlo. Sentía que no tenía las armas con las cuales enfrentarlo. Pero lo que más le dolió, lo que más la deshizo fue en tan solo pensar como una persona podía lastimar tanto, vulnerabilizarla de tal manera. Pero ahí es donde comprendió que las personas que más quería, a las que más adoraba, las que más significaban para ella, en algunas ocasiones se convertían en sus peores enemigos, en las personas que más la podían lastimar.

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