Premoniciones I

Ya son innumerables las veces que me sucede lo mismo, no sé si es casualidad ( creo bastante en el azar y en la suerte, aunque en este caso me gustaría llamarla mala suerte). Últimamente en la etapa de mi vida que estoy transitando tengo que responder bastantes cuestionarios, preguntas, tests y demás. Ya sea por la orientación vocacional y sus preguntas trilladas, o por algún que otro cuestionario rutinario del colegio. Las preguntas son siempre las mismas, ya llega un punto que las respondo en automático, sin pensarlas demasiado. Pero hay una de la que siempre soy víctima, es esa que aunque la responda mil veces me va a inhibir, es esa pregunta inevitable que me lleva a responder lo inevitable. ¿A qué le tenes miedo? Enumero mis miedos ocurrentes, mi gran lista de miedos y por último eso que de tan solo pensarlo se me eriza la piel. Escribo: la muerte. 

Mientras escribo y garabateo la hoja pienso o por lo menos trato de entender mi temor y también recuerdo las incontables charlas o conclusiones que intentamos sacar todos. Sea yo. Seas vos. Sea quien sea. En serio ¿Quién no le teme a la muerte? Porque todos le tememos a  lo desconocido. Y la muerte entra ahí, en esa categoría.

¿Será un lugar? ¿Es verdad que se desvanecen tus recuerdos uno por uno? ¿Es solo oscuridad? ¿Sentís algo? ¿Que hay después? ¿Sólo yo pienso que después de eso no hay mas de mí y solo sigue viviendo lo que hice y lo que dije? ¿Qué pasa con mi cuerpo? ¿Con mi cabeza? ¿Con lo que pienso? ¿Con mi personalidad? No es necesario decir que nadie lo sabe, ni nadie lo comprobó y que las preguntas típicas las tienen todos. 

Lo que sí no sé es si hay alguien que no sea yo que haya pensado que la muerte no es solo ese momento donde te vas de la vida, y te vas a ese nosédonde. La muerte es más que eso. Es morir. Y morir se muere de diversas formas, sería muy predecible decir que solo se está muerto en un cajón, enterrado.
Fui testigo de como muchas personas que vivían, y que estaban en este mundo, estaban muertos, de espíritu, de amor, de pasión, hasta estaban muertos de vivir, de la vida misma. 

Vivir, eso quiero. Estoy destinada a la muerte, pero a la muerte definitiva. No quiero morir de vivir. Nunca.

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