(des)rutinar(te)
Lo cerró con fuerza, de forma victoriosa, como si estuviera alegre de haberlo cerrado "para siempre" pensó. Pero lo volvió a abrir con interés, como si nunca hubiese leído ese libro antes, como si recién hubiese ido a la librería y lo hubiese comprado. Y así miles de veces más aunque más de una vez juró que era "la última vez" aunque ni se lo creía. Le encantaba leer, vivía para eso. Toda situación la veía grata para tomar un libro y devorarlo, para concentrarse en esas páginas llenas de letras y de palabras, para dejarse llevar por esas historias de personajes lejanos, ajenos a su vida. Terminaba uno y seguía con otro, y así sucesivamente como un enorme ciclo que no se acababa nunca, cuando terminaba de leer uno decía "sí me gusto es lindo" y así con todos. Nadie sabía lo que en realidad quería decir "lindo" podía ser un "sí, está bueno pero normal, predecible" o podía ser un "digo que es lindo porque no dá decirle feo un libro, ningún libro es feo es depende el gusto del lector" no importa, total nadie lo sabía.
Pero había ese libro que destacaba entre el resto de tomos ya leídos de su biblioteca, ese libro que ya había terminado de leer hace algunos años, y cada vez que le mencionaban su título se le iluminaban los ojos, como si una parte de su persona estaría contenida en esa historía. Sí, es ese libro que mencioné al principio, ese libro que cerraba pero volvía a abrir. Era corto, de esos que hasta quizá tenían esos dibujos a mitad de hacer vagamente hechos por el autor y hasta con las letras enormes, pero le daba igual, lo seguía teniendo en cuenta.
Le costó más de 10 leídas darse cuenta que esa historia era una más, era un libro más, ya terminado, ya deducido, se desilucionó al ver que cuando terminaba el último capítulo siempre terminaba igual, por ahí tenía la fantasía de que el autor le cambiaría el final cosa meramente imposible. No era la historia, no era el objeto, era la acción. La acción de leerlo, de devorarse el libro, de mantener su tiempo ocupado en algo, de leerlo YA, ese "ya" que ocurrió en un pasado, ocurría en un presente y si lo seguía leyendo hasta en un futuro. Dejar de leer no iba a dejar, ní se le pasaba por la cabeza, era dejar de leer eso. Lo leía porque no iba a la librería hace mucho para ver que libro comprarse, seguía siendo el libro "lindo" pero con ese nosequé especial. Sólo era cuestión de dejar la fiaca, ir a la librería y leer la sinopsis de los libros que le atraían. Elegía uno y lo comenzaba a leer como hacía con todos. El libro que comprara podía ser "líndisimo" en lugar de "lindo" ah y hasta revolucionario. Esos que vale la pena leer.
Pero había ese libro que destacaba entre el resto de tomos ya leídos de su biblioteca, ese libro que ya había terminado de leer hace algunos años, y cada vez que le mencionaban su título se le iluminaban los ojos, como si una parte de su persona estaría contenida en esa historía. Sí, es ese libro que mencioné al principio, ese libro que cerraba pero volvía a abrir. Era corto, de esos que hasta quizá tenían esos dibujos a mitad de hacer vagamente hechos por el autor y hasta con las letras enormes, pero le daba igual, lo seguía teniendo en cuenta.
Le costó más de 10 leídas darse cuenta que esa historia era una más, era un libro más, ya terminado, ya deducido, se desilucionó al ver que cuando terminaba el último capítulo siempre terminaba igual, por ahí tenía la fantasía de que el autor le cambiaría el final cosa meramente imposible. No era la historia, no era el objeto, era la acción. La acción de leerlo, de devorarse el libro, de mantener su tiempo ocupado en algo, de leerlo YA, ese "ya" que ocurrió en un pasado, ocurría en un presente y si lo seguía leyendo hasta en un futuro. Dejar de leer no iba a dejar, ní se le pasaba por la cabeza, era dejar de leer eso. Lo leía porque no iba a la librería hace mucho para ver que libro comprarse, seguía siendo el libro "lindo" pero con ese nosequé especial. Sólo era cuestión de dejar la fiaca, ir a la librería y leer la sinopsis de los libros que le atraían. Elegía uno y lo comenzaba a leer como hacía con todos. El libro que comprara podía ser "líndisimo" en lugar de "lindo" ah y hasta revolucionario. Esos que vale la pena leer.
:'(
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