Bariloche Dos Mil Trece

Nunca fui consciente de lo que en realidad eso significaba, perdí la cuenta la cantidad de veces que me dijeron "Disfrutalo", "Se te pasa volando, ni te das cuenta." Hoy a dos días de haber vuelto de la mejor semana de mi vida, puedo afirmar que esos consejos y palabras que hace algún tiempo subestimé, son totalmente certeras.
Sonará trilladísimo pero juro que fue ayer cuando estaba de acá para allá corriendo para armar la valija, para estar pendiente de los últimos detalles que me faltaban para ir hasta la puerta de mi colegio y esperar ese colectivo que me iba a llevar a ese destino que esperé desde que estaba en primer año.
San Carlos de Bariloche es como te la pintan, te re contra cagás de frío y como máximo llevás dos camperitas en la valija porque salís como en Buenos Aires, con tu banda alimentados por la inagotable energía del coordinador, empiezan a corear cantos cuando se cruzan con egresados de otras empresas, te quieren vender fotos con todo perro San Bernardo que se cruce.

 Pero hay algo mas allá de eso que solo lo descubrís cuando estas en Bariloche, con tu curso junto con el otro colegio que te asignaron, te sentís protegido, en confianza, te sentís en familia, esa familia que va junta a todos lados, que se sienten como en casa y se demuestra cuando uno de tus compañeros sale deambulando por todo el hotel en toalla para ir hasta la otra habitación, cuando se complotan para tirarse bolas de nieve, cuando pretenden engañar a los conserjes para pasar el alcohol a las habitaciones, cuando todos se abrazaron en la cena de velas, y hasta cuando otra banda o colegio empezó a bardear a un par de TU banda.

¿Quien se puede olvidar de esa adrenalina que sentías cuando hacías esos pogos de a 40 personas cantando esa canción que cada vez que la escucho me siento el 13 de septiembre, mi primera noche?. ¿Quien se puede olvidar de ese poder que tenía el coordinador para que disfrutes de cada instante que el viaje te ofrecía aunque tenías dos horas de sueño?

Volví, desilusionada de lo rápido que se me pasó la semana y aún con más desilusión sabiendo que nunca más voy a repetir esta experiencia. Pero agradecida y feliz por lo que pude vivir.

Gracias por todo Bariloche



Comentarios

Entradas populares de este blog

Estoy bien mal

El karma soy yo.

Carta del pasado.