Jugando con fuego

Qué paja tener sed y no tener a mano ni una botella, ni plata para pasar por un kiosco a comprarte aunque sea un Cepita. Qué paja tener sed y sentir que tenés un nudo en la garganta. Pero esta vez no un nudo de tristeza, ni el nudo del llanto atragantado. Sino un nudo de fuego, de sequedad. Encima el hijo de puta de mi cerebro en lugar de pensar en cualquier boludez no, me piensa a mí inmersa en una pileta llena de botellas de agua o a mí abriendo una heladera cargada de bebidas. Por lo tanto el nudo de fuego ya se sentía como la boca de un dragón. En un momento pensé que me iba a desmayar de sed. Nunca supe si eso era factible de que suceda pero en ese momento lo vi como una posibilidad inmediata. Para agregar un bondi me separaba de mi casa (y de mi billetera).  Y lógicamente en ese bondi más de uno tenía a mano la botella que yo tanto ansiaba poseer. Quien iba a pensar que iba a morir por una botella de agua cuando cualquier día me parecería lo mas corriente del mundo.
Cuando llegue a mi casa agarre la billetera a los pedos y me fui al kiosco. Ahi estaba a punto de matar el fuego de mi garganta. Tanto me hizo sufrir que no quería simplemente una botella de agua. No. Me compré una coca y ni siquiera una latita. Queria hacer valer mi sufrimiento y aspirar a más. Cuando abrí la Coca volvió mi alma al cuerpo. Pensando mientras tanto cuando iba a terminar la sensación de estar deshidratada. Cuando me recuperé y mire la botella me sentí estafada. Yo me sentía muriendo y solo había tomado menos del cuarto del envase. Estafada era poco.

Era como eso. Tener sed. Mucha sed. De alguien. De algo. Sentir que sin eso te desvanecés. Que No podés mas. Y te cegás, total no te importa nada más que saciarte por dentro y sentirte completa. Pero estar completa era solo la ilusión de tu cerebro que tiene que si o si hacer proporcional el sacrificio a la recompensa posterior. Siempre tuve un problema: hacer que la sed de algo me termine dando sed en la totalidad de mi ser. 


Y así me pasaba siempre: Tanta sed al pedo.Pero ya no era suficiente. Total con el tiempo no me pude saciar mas de vos, cuando volví del viaje que siempre quise hacer  ya estaba pensando en otras vacaciones, y me compré una Botella de Coca que dejé por la mitad. Quizás la solución era dejar de buscar. Dejar de pensar que tenia sed porque me terminaba dando mas sed al pedo. Quizas la solucion era saciarme yo misma conmigo. Con lo que tenía. Sin vos. Aceptar que las vacaciones habían terminado. Y en lugar de una botella, comprarme una latita. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Estoy bien mal

El karma soy yo.

Te llevo para que me lleves.