Cuestionamientos del más allá.
Es como que me desconecto de mí, como si mi cabeza se apartara de mi cuerpo, de mi alma, de mi parte física. Es como si por algún tiempo, estuviese en off, aunque ando normalmente por el mundo terrenal, y nunca dejo de tener mi rutina, mi cotidianeidad pero yo no estoy ahí.
Y cuando no estoy ahí, mi cabeza suele estar divagando por ahí, por allá, por acá, como un viaje en subte, donde cada estación es una parada, una oportunidad para pensar sobre un tema determinado, una incógnita, una duda, un misterio. Esas estaciones se multiplican, como si esa vía fuera infinita, como si esa vía no tuviese una respuesta concreta pero yo sé que esta cerca y por eso suelo permanecer mucho tiempo ahí, pensando reflexionando.
Las estaciones tienen dos andenes, dos oposiciones, dos contrariedades, dos analogías, dos caras. Amor-Odio ¿Qué es el amor? ¿Qué es el odio? ¿Cuál es el correcto? ¿Está bien amar sin límites? ¿Por qué cuando amamos y nos entregamos a alguien o algo, nos odiamos? ¿Es un defecto odiar? ¿Hay un poco de odio en el amor? ¿Hay un poco de amor en el odio?
Otra estación de parada obligatoria es la inevitable contradicción del Sí-No. ¿El sí siempre es positivo? ¿O puede ser negativo? ¿El no siempre es negativo? ¿O puede ser positivo? ¿Pueden existir los dos juntos? ¿Por qué siempre tiene que ser sí o no? ¿Por qué somos tan extremistas? ¿Por qué cuando decidimos el sí o el no sentimos que perdemos algo?
Sueños-Realidad. ¿Existe una única realidad? ¿Existen los paralelismos? ¿ Los sueños son una realidad o son un paralelismo? ¿Hay sueños que se transforman en realidades?
Palabras- Silencio ¿Las palabras significan algo? ¿El silencio aunque no diga nada, expresa algo? ¿Las palabras son más fuertes que el silencio? ¿O al revés? ¿El silencio habla por sí solo? ¿O solo las palabras tienen esas características?
Y sí. Yo lo dije. Las estaciones y sus respectivos andenes se multiplican, infinitamente, cada vez son más, y con ellas aparecen estos interrogantes. Nuestras inquietudes, nuestros puntos de vista, nuestras contradicciones están representadas en esas estaciones que a su vez están representadas por un hilo conductor , un hilo que se encarga de mantener todo unido, como si todo fuera una gran estrategia, como un rompe-cabezas. Ese hilo conductor es la vida misma. Y esa vida está llena de contradicciones, que son las que te permiten vivir.
Quizá a lo largo de mi estadía por esta vida compruebe si realmente esto es así, quizá simplemente me equivoco.
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