Entradas

Mostrando entradas de 2013

Todo pasa y todo llega. Y al revés también.

Durante dos semanas enteras traté de tener un recordatorio mental que me decía: "dale Flor, este acontecimiento es importante estaría bueno que escribas algo sobre eso" no sé si era porque todavía me quedaba una materia por rendir, o debajo de esa excusa el gran dilema era que no estaba psicológicamente preparada para escribir sobre esto. Hoy oficialmente terminé el colegio y una serie de sentimientos mezclados vinieron a flote. "Ya tenés el titulo en trámite, tomá este papel para la facu". Primero fue la emoción porque al fin me saqué esa materia de encima que me preocupó durante todo el año, después surgió la negación: " Te juro que el año pasado estaba entrando en primer año", y después la impotencia: "¿Como me atreví a decir durante todos estos años que quería terminar el colegio?!!! De tan sólo hacer un repaso cronológico de lo que fueron estos años se me pone la piel de gallina, hasta cuando pienso en la agotable e infumable rutina. Pensar q

Euforia

El sonido de su risa pudo formar la melodía más armónica y más mágica que mis oídos pudieron escuchar, pudo superar la increíble sensación que me causaba escuchar mi canción favorita a todo volumen.  Su espontaneidad supo despertar la mía despertándome también esas sensaciones y esos sentimientos que ahora puedo jurar que existen aunque antes nunca había sentido. El sonido de su voz me supo tranquilizar y elevar, articulaba una palabra y ya me llevaba  anosédonde. Su mano resguardaba la mía con fuerza pero con delicadeza, con posesión, me brindaba esa seguridad que hasta a veces creía perdida acompañada de esa sonrisa que no llegaba a hacer una risa pero igual para mí tenía sonido y eco. Su recuerdo supo convertirse en la foto mental más vista y compartida, se pudo fijar en mi mente más de una vez para mirarla siempre cuando yo quisiera. Te quiero no sólo por lo que me hace quererte inevitablemente. Te quiero por lo que sos sin dejar aparte nada de vos. Sería muy inútil solo resa

Rebuscada tu respuesta tanto como tu cabeza y su otra verdad

Estelas de su perfume preferido parecían dibujar, llenar y atormentar un ambiente un poco eufórico, alegre, nervioso que contenía a su vez un poco de tensión. Mientras ella iba una y otra vez a su tocador y se fijaba que todo esté en su lugar y peinaba cada onda de su pelo entre castaño y rubio oscuro, su cabeza estaba llena de suposiciones e idealizaciones que siempre había proyectado y soñaba que en breve se concretaran. Y ahí estaba ella, cualquiera que podía observarla diría que estaba concurriendo a la cita o encuentro más importante de su vida o por lo menos más importante de ese momento. Llegó con tiempo de anticipación, quizá algunos minutos o quizá algunos segundos ya que cuando se puso a pensar cuando tiempo llevaba en esa esquina, apareció él. Quizá ella esperaba que se haya preparado tanto como ella lo había hecho, pero sabía que eso no iba a suceder primero porque era hombre y los hombres no hacían esas cosas y segundo porque él era así, y justamente ese “ser así” que é

Bariloche Dos Mil Trece

Nunca fui consciente de lo que en realidad eso significaba, perdí la cuenta la cantidad de veces que me dijeron "Disfrutalo", "Se te pasa volando, ni te das cuenta." Hoy a dos días de haber vuelto de la mejor semana de mi vida, puedo afirmar que esos consejos y palabras que hace algún tiempo subestimé, son totalmente certeras. Sonará trilladísimo pero juro que fue ayer cuando estaba de acá para allá corriendo para armar la valija, para estar pendiente de los últimos detalles que me faltaban para ir hasta la puerta de mi colegio y esperar ese colectivo que me iba a llevar a ese destino que esperé desde que estaba en primer año. San Carlos de Bariloche es como te la pintan, te re contra cagás de frío y como máximo llevás dos camperitas en la valija porque salís como en Buenos Aires, con tu banda alimentados por la inagotable energía del coordinador, empiezan a corear cantos cuando se cruzan con egresados de otras empresas, te quieren vender fotos con todo perro San

Espejo

Me perdí en ese intento de descubrir por qué se demuestra odio y rechazo en eso que se ama. Por qué dos sentimientos tan abismales y analógicos iban a compartir un mismo principio, un mismo objeto. Por algo natural se los ubica distantes uno del otro, como opuestos, como independientes, como paralelos. El amor es más allá de un beso, de una caricia, de un abrazo, de estar cuerpo con cuerpo, es más allá de un corazón rojo dibujado en el extremo de la hoja, de un “te amo” lleno de clichés. Esas son las imágenes del amor bajadas a lo terrenal, a lo que se quiere experimentar de él. Porque es así, uno escucha amor y una nube de enamoramiento sea a lo que sea, se hace sentir en el cuerpo. Mientras el amor en sí, el amor abstracto viaja por el tiempo para ser conocido por lo que realmente es, para que se conozca que el amor rojo o rosa a veces tiene un negro en su interior. El amor puede ser odio, y el odio puede ser amor. Nada los separa ni los diferencia, sólo el delgado sentimien

Un Desequilibrio muy equilibrado y su otra cara.

La cuerda estaba tensa, como si estuviese recién usada. Esta vez no me caí, ni me golpeé ni me ensucie con pasto, me baje yo sola y apoyé con fuerza los pies en el piso para afirmar lo irritante que me hacía sentir seguir intentado algo imposible. Necesitaba la espera del otro lado, o alguien que emergiera su peso sobre la soga así podía afirmar mejor mis zapatillas en ese hilo frágil y casi invisible. Necesitaba una mano, una palabra, una sonrisa de aliento. Todo encajaba con vos y con tu nombre, porque eras el único que podías lograr ese equilibrio y ese peso que necesitaba. No solo por mí, sino por vos que también te resignabas en esa cuerda que nos traicionaba a los dos, que nos hacía caer. Pero subía primero yo, y después vos.  La idea de subirnos los dos juntos nos daba terror a golpearnos más fuerte que cuando estaba yo sola o vos solo. Te invito a mi cuerda floja que necesita de tu firmeza para resistir, de tus pasos para que se acerquen a los míos y así probar esa victo

S e p t i e m b r e

Naturalmente uno ansía, porque esa es la esencia del ser humano. Ansiar, querer, esos verbos que transforman un sentimiento en una ansiedad que no puede ser reprimida. Y cuando esa ansiedad se manifiesta te esmerás para que todo salga perfecto sin que se te escape nada de las manos. Hasta incluso mantenés latente esas sensaciones que querés vivir por primera vez o vivir nuevamente pero de manera diferente. Eso sentí hace unos días atrás cuando taché los últimos días del mes e inconscientemente me dí cuenta que empezábamos el noveno mes del año. Ese mes que yo ansiaba y quería que se haga notar en mí, en el aire, en las personas. Quería prender el celular y que diga “Primero de Septiembre del 2013” en la pantalla. Ni yo encuentro las palabras para describir como toda esa luz, esa claridad, esa positividad e incluso esa brisa calurosa, se va colando por la vida misma. Todas las personas se auto convencen para dejar las preocupaciones que los alarmaban y para cambiar el semblante t

Un desequilibrio muy equilibrado

Dos extensiones naturales que van partiendo de un punto para llegar al otro lado, casi sin ningún soporte más que una superficie que no es del todo una superficie, ya que es solo un hilo que permite apoyar en ella solo una mínima parte de la zapatilla, acompañadas por una exagerada concentración y una descarga acelerada de adrenalina. Sinceramente siempre envidié a los equilibristas y a los demás artistas que trabajan en un circo. Creo que además de nacer con un don envidiable, nacieron sobrecargados de paciencia que renace y crece con el paso del tiempo. Infinita cantidad de veces lo intenté y me caí antes de empezar, nunca pude experimentar esa sensación de seguridad y equilibrio a lo largo de todo el recorrido, nunca pude terminar y bajar con un paso firme como sinónimo de triunfo. O quizá incluso empecé, llegué hasta la mitad y me caí, cegada por la desilusión y confiada en que lo iba a lograr. Pero cada caída, cada golpe, cada mancha de pasto en mi mano me permitió recordar

Debil debilidad

Existen muchas máscaras y antifaces naturales, esos que aparecen para defenderte de la fragilidad, de la debilidad, para hacerte sentir más fuerte aunque en la garganta tengas un nudo de "te necesito" o un "perdón". Yo creo que las palabras pueden mentir, los abrazos pueden traicionar, los besos pueden ilusionar, pero no la risa. Simplemente sucede, está siempre presente esa razón que naturalmente te conlleva a reír. Tiene un factor desencadenante que te lleva a ella, sino nunca se produce. ¿O acaso cuando te cuentan un chiste malo te reís? El sonido de la risa le da un "no se qué" al alma, la hechiza. Te va hechizando el cuerpo, la mente hasta que solo escuchas esa carcajada. Ya no importa que te hizo reír, ni lo ridícula que suene tu risa, ya todo te motiva para seguir riendo. La risa ajena, el chiste, ese recuerdo que apareció en tu mente. Todo esta ahí pero ni te gastas en pensarlo porque estás ocupado sintiéndolo. Ni pienses en pensar, ni pie

Te miraba, me veía y eso me gustaba tanto.

Lo miré y él me miró a mí. Era una mirada intensa que descodificaba esas palabras que no nos animabamos a decir, esos besos que no supimos dar, esos abrazos que no supimos aceptar. Nos miramos hasta el punto de verle la cara al otro reflejada en la pupila. El paso de los minutos no era una amenaza, seguíamos en ese mismo banco, enfrentados mirándonos. Pero esa mirada ya me había trasladado a otro lugar, más profundo, más abstracto, más difícil de notar. Me había sumergido en su personalidad dejando a la vista sus mejores virtudes y defectos que con el paso del tiempo había aprendido a aceptar e incluso me hacían sentir una sensación de cariño. Dicen que hasta en ese estado de sumersión me animé a sonreír para demostrar mi plenitud, para demostrar mi felicidad. Una mano se sacudía violentamente  delante de mis ojos. “Che estabas en otra que pasó?, te estuve hablando y ni bola. Es imposible hablar con vos”. Se levantó violentamente del banco y se fue con una mirada llena de resignac

Ya fue

Recién en este preciso momento me doy cuenta que día es hoy: Miércoles 14 lo que automáticamente me lleva a pensar que mañana es Jueves 15 y que ayer fue Martes 13. Martes 13 y me quedó pensando. Ah ese día donde la gente corre de un lugar a otro con tal de refugiarse en un lugar cerrado, de refugiarse en su casa con tal de no estar en la calle y evitar pasar por debajo de los andamios o escaleras por si "se les cae encima", evitar pasar por el Botánico para no cruzarse ningún gato negro, evitar romper algún espejo y  hasta evitar subirse al subte por si se queda parado como 40 minutos en el túnel por blablablá.  Hay algunos que ya a las 0:00 de hoy se olvidaron de todas las maniobras que tuvieron que hacer el día anterior para no sufrir ninguna "desgracia" porque creen que es la cábala del día. Algunos otros viven todos los días de su vida rezando y rogando para que ninguna de esas situaciones les interrumpa su rutina. Pero ambos tipos de personas tienen una part

Concientemente inconciente

Y abrí los ojos. Confundida, nerviosa y bastante desorientada, con la respiración entrecortada.  No entendía nada sólo me importaba encontrar un reloj, quizá eso me ayudaba a ubicarme. 3 de la mañana. Ahora sí. Estaba en mi cuarto, despertándome de un sueño movilizador mientras parpadeaba para acostumbrar mis ojos a la falta de luz. Aunque tenía que madrugar, la idea de dormirme me perturbó ya que mi psiquis bastante histérica y ansiosa se hizo presente en mi mente, necesitaba esforzarme y tratar de descubrir que había sido ese sueño. Los minutos se hacen eternos y más a la madrugada. Se me hizo eterno pero ocupé el tiempo tratando de recuperar de mi inconsciente esos recuerdos de ese sueño olvidado. Me fije otra vez la hora. 4 de la mañana. “Ya fue mejor me voy a dormir, quizá cuando menos piense por ahí en 4 días me acuerdo, mejor ni pienso en eso”. El ruido de la alarma fue todo lo que se escuchó, me desperté y di un salto. Y otra vez caí. Traté de buscarme entre el sueño que n

Sin Nombre

Saboreo las lágrimas que se van acumulando en la comisura de los labios mientras trato de buscar y encontrar un por qué a ese llanto impulsivo, espontáneo y "sin querer queriendo". Bah yo le digo "sin querer queriendo" porque me parece la forma mas exacta y ocurrente, pero...  ¿viste cuando hacés algo casi por accidente pero sentís que realmente tiene una razón de ser? Bueno ese sentimiento automáticamente me lleva a pensar en la frase rosa de: "Todo pasa por algo", pero es dificil reconocer ese algo sino sabés lo que es y encima ni sabés si realmente ese "algo" existe.  El llanto es cada vez más fuerte por desconocimiento, por ausencia y hasta por miedo de ese agujero negro que nunca se convierte en blanco. Ese llanto incontrolable por ese algo que quizá no es un algo y es un nada. O quizá es un todo. O un todo con vacío sin explicaciones.

"Jaque Mate" dije yo.

Sucedió sin poder evitarlo. Me dejé ir, despacio pero me fui y me sigo yendo aunque con ganas de quedarme. Vos también te dejaste ir, pero te fuiste, sin remordimientos, ni dudando, ni recordando las razones que podrías tener para quedarte. El juego, las cartas, el tablero, el mazo, hasta los dados están desparramados por ahí, a la vista aunque a veces se pierden en el desastre y en los retazos que dejaste. Que dejamos. De alguna forma todo está intacto pero en lugar de cuatro dados, ahora son dos y el tablero está desdibujado como si el juego se hubiese dejado de jugar. Atrás quedaron las apuestas que nos hacíamos. Aunque uno de los dos perdía, el otro ganaba y eso ya era suficiente, era el mismo juego, el mismo entusiasmo, las mismas ganas de apostar y de continuar aunque el otro perdía. Contagiabas mis ganas de seguir aunque nunca fui buena jugadora y más de una vez interrumpía dejando las cartas a la vista sobre la mesa como una forma de decir “me rendí”. Las reglas del juego

Revolución interior

Tuve que colocar mi mano sobre mi frente un poco más arriba de las cejas porque el sol me encandilaba, mis ojos se hacían cada vez más pequeños producto de la luz brillante. Aunque me quemaba y me tapaba seguía mirando igual porque sentía que necesitaba hacerlo, como algo indispensable, como protección incluso para que el sol se refleje en mi cara y me dé un poco de calor. Sólo a mí se me ocurría salir un día fresco a las 10 de la mañana a andar en bicicleta con la mera excusa de “distraerme” cuando me podía quedar en mi casa mirando esa película que siempre posponía o incluso leyendo la revista que más cerca tenía a mi alcance. Pero ay, si ustedes me vieran... tan lejos, y tan cerca a la vez, tan alcanzable pero a la vez tan distante, tan concreta pero a la vez tan abstracta. A la bicicleta se la ve como ese vago transporte que se utiliza hasta que tenés la autonomía y el poder necesario para comprarte algo más sofisticado, pero para mí no, aunque no lo vean así los demás, esas dos r

Lo que se siente y no se ve.

Es como ponerle play a esa canción que te encanta de esa banda que amás aun más y automáticamente subirle el volumen, aunque el celular siempre te trata de cubrir y te sale con ese cartelito de advertencia sobre el volumen máximo permitido y blablablá. Es automático, le subís el volumen hasta el máximo y empezás a cantar, te dejás llevar por los acordes por la letra, por todo. Como si todo fuera un gran impulso. Te concentrás en la letra, tratás de sentirla y junto con ese sentimiento vienen los recuerdos quizá de personas, de lugares, de momentos, de sentimientos. Y a veces hasta pensás “solo esta banda me puede hacer esto” y hasta te colgás pensando como los empezaste a escuchar  y  te acordás cuando te preguntan el motivo de por qué tanta admiración y decís (ahora hablo en primera persona) “no sé, porque me gustan” “porque hay algo mío en ellos” y mas frases típicas que sentís la necesidad de responder cada vez que te preguntan algo así. “Porque tiene un no sé que, no sé tiene

(des)rutinar(te)

Lo cerró con fuerza, de forma victoriosa, como si estuviera alegre de haberlo cerrado "para siempre" pensó. Pero lo volvió a abrir con interés, como si nunca hubiese leído ese libro antes, como si recién hubiese ido a la librería y lo hubiese comprado. Y así miles de veces más aunque más de una vez juró que era "la última vez" aunque ni se lo creía. Le encantaba leer, vivía para eso. Toda situación la veía grata para tomar un libro y devorarlo, para concentrarse en esas páginas llenas de letras y de palabras, para dejarse llevar por esas historias de personajes lejanos, ajenos a su vida. Terminaba uno y seguía con otro, y así sucesivamente como un enorme ciclo que no se acababa nunca, cuando terminaba de leer uno decía "sí me gusto es lindo" y así con todos. Nadie sabía lo que en realidad quería decir "lindo" podía ser un "sí, está bueno pero normal, predecible" o podía ser un "digo que es lindo porque no dá decirle feo un libro, n

Sólo sé que algo sé.

No, lo mío no es ni un “carpe diem”, ni un “sólo se vive una vez” y sus variantes en 10 mil idiomas, ni ningún otro cliché existente de esos que se usan en todos lados hasta en las remeras. Tampoco es que estoy en contra de esa gente que los usa como “lemas de vida”, simplemente no es lo mío. Es como encasillarme bajo una forma, un tópico ya inventado. Como si me limitara y no me dejara ser como realmente soy. Como si mi yo tendría que depender de eso y me tendría que reducir a ese ideal ya pactado compartiéndolo con millones de personas que están bajo él quienes no se me asemejan ni se parecen en mí en lo más mínimo. ¿Cuál es el sentido? Tampoco puedo decir que nunca me sentí parte de ellos, ni que no me sentí identificada pero supe hacer de ellos mi mundo, y supe romper esos límites que buscan imponer para llevarlos a lo concreto, a mi personalidad, a mí. Supe crear mi propio lema de vida. Que no es más que vivir. 

Ni si, ni no. Ni blanco ni negro.

Comienza el juego. Los dos jugadores se enfrentan, uno es el vendedor y el otro el comprador. "Lo juego desde chico, es entretenido pero no es difícil eh, sólo no tenés que decir un par de palabras." "Es complicado, llego a un minuto y pierdo." El jugador 1 (vendedor) tenía el control del juego hasta que se da cuenta que ay! dijo las palabras taboo. Claro, él pensaba que solo el jugador 2 que era el comprador se podía equivocar. Y terminó el juego. Sí, yo también perdí cuando jugué. El que dijo que era fácil creo yo, que se equivocó. Y los que perdimos es porque claramente somos víctimas inevitables de los extremos.  Si te digo sí es porque estoy segurísima y no necesito dudar pero también la otra posibilidad es un no que al decirlo se entiende que es un no, de esos super negativos. O pienso demasiado y me enredo en pensamientos pero también puedo actuar espontáneamente, impulsivamente al mejor estilo "me chupa un huevo." Ah y también puedo estar años r

Historias de no- historias

Crucé la calle mientras mis ojos se clavaban firmemente en una nena que según mi parecer no tenía más de 5 años y quien iba acompañada de un hombre de unos treinta y pico. Los dos pares de ojos rasgados increíblemente idénticos y sus dos narices respingadas me afirmaban que eran padre e hija, bah me parecía que era lo más probable, por ahí era el tío, o el padrastro, o un amigo de la madre.  Yo trataba de apresurar mi paso porque quería conocer un poco más de ellos, bueno sí soy un poco chusma pero la curiosidad me mata cuando se trata de todos esos diálogos sueltos y personajes curiosos que habitan  la calle. Ah y también soy de esas que aman escuchar charlas ajenas en el bondi. Cuando estuve a no más de un metro de ellos, agudicé el oído. "- Pero mamá sí me dejó ir a la casa de Male, ¿por qué no me dejás ir? Dale no seas malo papá." Sí, acababa de afirmar mi sospecha, ese señor era el padre. Automáticamente saber más datos y más indicios me hizo querer armar mi propia hist

Premoniciones I

Ya son innumerables las veces que me sucede lo mismo, no sé si es casualidad ( creo bastante en el azar y en la suerte, aunque en este caso me gustaría llamarla mala suerte). Últimamente en la etapa de mi vida que estoy transitando tengo que responder bastantes cuestionarios, preguntas, tests y demás. Ya sea por la orientación vocacional y sus preguntas trilladas, o por algún que otro cuestionario rutinario del colegio. Las preguntas son siempre las mismas, ya llega un punto que las respondo en automático, sin pensarlas demasiado. Pero hay una de la que siempre soy víctima, es esa que aunque la responda mil veces me va a inhibir, es esa pregunta inevitable que me lleva a responder lo inevitable. ¿A qué le tenes miedo? Enumero mis miedos ocurrentes, mi gran lista de miedos y por último eso que de tan solo pensarlo se me eriza la piel. Escribo: la muerte.  Mientras escribo y garabateo la hoja pienso o por lo menos trato de entender mi temor y también recuerdo las incontables charlas o

Reflejos colectivos

Y cerré los ojos. Y no pensé en nada más, salvo en el mundo y en las personas que habitan en él. En esas 6.973.738.433 de almas que habitamos este planeta incluida yo. Puede sonar extremadamente trillado pero en ese momento se despertó en mí la curiosidad más típica que pudiese existir, como esas preguntas que me hacía a los 5 años, cuando ingeniosamente trataba de descubrir mi por qué y mi existencia en ese lugar intangible y de misteriosa precedencia llamado Tierra. ¿Cuántas personas están dando sus primeros pasos en la vida? ¿Cuántas personas están dejándola? ¿Cuántas personas están conociendo a ese ser por el que darían más que su vida? ¿Cuántas personas lo están dejando ir aunque estén desgarrados por dentro? ¿Cuántas personas están cantando eufóricamente mi canción favorita? ¿En el mundo habrá alguien que sea como yo, aunque sea del lugar más remoto por conocer? Creo que por más profundidad y explicación científica, filosófica o abstracta, la respuesta se redondea a miles d

Ocho acostado.

Desde chiquita recuerdo mi fascinación por los medios de transportes. Después de varios años todavía me cuesta asimilar el por qué de mi gusto hacia ellos, especialmente mi gusto por los trenes.  Mi conducta caprichosa se hacía presente en el momento en el cual le pedía muy encarecidamente a mi madre que me lleve a la estación mas cercana para poder apreciarlos de cerca. Insisto: algo hacía despertar mi inquieta atención, principalmente las vías. Esas líneas de metal que me encandilaban cuando se iluminaban con el sol. "Nunca se cruzan, las vías son infinitas, siempre." era la respuesta a mi reiterativa pregunta: "¿Es verdad que siempre son paralelas?", aunque asentía y aceptaba esa contestación, podía jurar (y sigo jurando) que en algún momento dejan ese paralelismo y se van acercando, uniendo, y desembocando en nuevas vías. Pero había otras veces que era testigo de como creía que se unían y cuando despegaba mis ojos de ellas, otra vez estaban separadas, enfren

La casualidad de las causalidades

Quizá mi error fue ese, bah y sigue siendo porque desde que tengo uso de memoria fui de la misma manera y no creo cambiar. Quizá mi error es querer y siempre tratar de hacer un esfuerzo para entender algo que simplemente es. Esa necesidad de que todo encaje, de querer tener una razón, un por qué, un para qué, un para que me sirve. De qué si algo es de una forma termine siendo de esa forma y no de otra porque "es así y así tiene que ser." Y........ y si así no tiene y no debe ser?

Si sucede, conviene.

Hoy es uno de esos días. Esos días donde una vez que terminé la rutina me dejo llevar por el momento, por lo que vaya surgiendo. A veces me agarran esos ataques de Micuartoesuncaos y me pongo a ordenar, o sino me doy cuenta que dejé todo para último momento y como si fuera en automático empiezo a hacer todo lo que fui acumulando. Pero hoy no. Hoy no tengo ganas de eso, hoy tengo ganas de hacer otra cosa.  Tengo ganas de revolver el baúl de mi cuarto y recolectar esas cosas viejas que hasta en algún momento parecen olvidadas, como lo son los álbumes de fotos de mi infancia, y hasta mis diarios íntimos donde creo que tengo más que mi vida. Sí, lo admito. De vez en cuando me agarran esos ataques de melancolía, de tristeza, de querer retroceder por lo menos 10 años. Por ahí yo lo idealizo demasiado, quizá. Pero yo se que fui feliz, y las fotos se encargaban de afirmarlo. Como si nunca tuviese que preguntarme un por qué, ni a que se debía esa felicidad. Y creo que así funciona. 

Versus.

Estaba en ese momento de mi vida en el cuál la causa de las cosas se desvanecía lentamente, como si todo lo que hiciera no tuviese un sentido o por lo menos una explicación lógica de mi parte. Hacía lo que quería hacer sabiendo que no iba a tener un desenlace, o directamente no lo hacía porque ya descartaba esa mera posibilidad. Sentía como las posibles soluciones se iban deshaciéndose con el tiempo, con las causas, con las causalidades. Ya era una cuestión de arriesgarme a un todo o a un nada. Pero en ese mismo momento en el que estaba luchando conmigo misma para discernir entre que camino seguir me dí cuenta que la nada misma puede ser un todo, y ese todo,  relleno de palabras, de acciones, de realidades, puede significar nada.  Creo que ahora ya sé cuál elegir.

Simple Claridad.

Es como si se acumularan en mi mente y alborotaran cada parte de mi ser.  Queriendo salir, queriendo manifestarse, queriendo hacerse ver, queriendo hacerse sentir. Hasta incluso queriendo que los demás puedan notar esta sensación que vive en mí. Como si las palabras fueran mis aliadas, mi fuerza, mi otra mitad. A veces, cuando ya siento que desbordan mi cabeza, las libero y las dejo ser. Simplemente como son, sin disfrazarlas, ni cambiarlas, ni pretender que sean algo que no son. Y ahí es cuando las vomito, no en el sentido literal obvio. Sino las vomito en una hoja en blanco donde se van ordenando según lo que ellas solas quieran transmitir. Porque algo que me dice que tengo que confiar en ellas, ya que son producto de mí. Y eso lo sé. Ni yo puedo expresar mi bienestar, es tan utópico, tan perfecto, tan irreal, que ni intento explicarlo. Solo me encargo de sentirlo y dejar que así sea. Ojalá que el poder que tienen estas palabras siga por siempre en mí. Y qué bueno que sea

Rebuscada tu respuesta, tanto como tu cabeza.

Estelas de su perfume preferido parecían dibujar, llenar y atormentar un ambiente un poco eufórico, alegre, nervioso que contenía a su vez un poco de tensión. Mientras ella iba una y otra vez a su tocador y se fijaba que todo esté en su lugar y peinaba cada onda de su pelo entre castaño y rubio oscuro, su cabeza estaba llena de suposiciones e idealizaciones que siempre había proyectado y soñaba que en breve se concretaran.  Con tal sólo saber que lo vería en una cuestión de instantes, minutos y hasta incluso segundos, sentía que en todo su cuerpo se despertaba una sensación, o un sentimiento latente que cada día que pasaba, crecía de tamaño e intensidad. Su personalidad impulsiva, ansiosa y algo impaciente hicieron que su cabeza se transforme en una pizarra llena de anotaciones y diálogos que quería que se lleven a cabo cuando lo vea a ÉL. El único que logró despertar sus sentimientos escondidos, y cubiertos de polvo que frecuentemente eran camuflados por la frialdad, y por la in

Frenesíes estacionales.

18 de Mayo. Otoño. Días fríos, opacos. Días con bufanda y con muchas camperas. Días que solo incentivan a quedarme refugiada en mi casa, protegida, con todo al alcance de mi mano. Quizás leyendo. Quizás solo pensando. Quizás mirando como las gotas hacen carrera en la ventana si es un día lluvioso. Pero a veces también con ganas de salir, de pasar un poco de frío, de tener ganas de abrigarme y salir a la calle. De caminar y que la lluvia me roce y me moje la punta de la nariz. También con ganas de que la monotonía de colores se vaya, y aparezca la primavera y si es posible también el verano.  Pero ahora que pienso estaría bueno el equilibrio de ambos, días de mucho frío, días rutinarios y predecibles, días "seguros" y "cómodos" pero también días multicolores, calurosos, frescos, días para tomar un poco de viento sentada en el balcón, días donde el sol inunde de luz mi cuarto.  Días en los que estoy satisfecha con todo lo que tengo, días de cotidianeidad, días pred

Cuestionamientos del más allá.

Es como que me desconecto de mí, como si mi cabeza se apartara de mi cuerpo, de mi alma, de mi parte física. Es como si por algún tiempo, estuviese en off, aunque ando normalmente por el mundo terrenal, y nunca dejo de tener mi rutina, mi cotidianeidad pero yo no estoy ahí. Y cuando no estoy ahí, mi cabeza suele estar divagando por ahí, por allá, por acá, como un viaje en subte, donde cada estación es una parada, una oportunidad para pensar sobre un tema determinado, una incógnita, una duda, un misterio. Esas estaciones se multiplican, como si esa vía fuera infinita, como si esa vía no tuviese una respuesta concreta pero yo sé que esta cerca y por eso suelo permanecer mucho tiempo ahí, pensando reflexionando.  Las estaciones tienen dos andenes, dos oposiciones, dos contrariedades, dos analogías, dos caras. Amor-Odio  ¿Qué es el amor? ¿Qué es el odio? ¿Cuál es el correcto? ¿Está bien amar sin límites? ¿Por qué cuando amamos y nos entregamos a alguien o algo, nos odiamos? ¿Es un d

Carta del Presente

"No sabés quien soy, pero yo sí se quien sos. Me conocés, y yo te conozco a vos. Es difícil definirme ya que soy relativo, para algunos soy sólo lo actual,lo que está pasando ahora. Para otros soy un estado determinado que dura un tiempo definido, y para otros soy interminable y soy una realidad continua.  Nadie suele conocerme hasta que formo parte de su pasado, y ahí es donde empiezan a valorarme, a recordarme. Cuando ya no formo parte de ellos, cuando perdieron sus oportunidades, sus deseos y  sus metas. Por eso suelo ser desafiante. Pero así soy yo. Algunos tienen ese poder de darse cuenta que aquello que vivirán solo lo van a vivir ahora  y se encargan de disfrutarlo, de aprovecharlo hasta incluso hacer que algo sea inolvidable. Algunos me subestiman y piensan que lo que están viviendo, lo vivirán las veces que quieran, cuando quieran, y con quienes quieran por eso no suelen darme demasiada importancia, no me valoran. Y algunos simplemente me son indiferentes, se dejan y co

Vuelta de Tuerca II

Siempre tengo la costumbre de pensar, de vivir pensando, de pensar que pienso y eso lo aplico en todos los aspectos de mi vida. Incluso para escribir, siempre que escribo se me ocurre lo que quiero decir y transmitir a través del pensamiento. Por eso cada vez que abro el blog ya sé de lo que voy a escribir. Pero esta vez es diferente, estoy sentada frente a una página en blanco mientras el cursor espera que llene esa hoja de palabras, letras, y sílabas, de cosas que quiero sentir y ¿por qué no querer que los demás lo sientan también? Aunque no esté en mi costumbre hacer eso, lo hago porque a veces lo necesito. Y acá es donde yo apunto. La necesidad de estar en un molde, o la necesidad de no dejar escapar nada, que todo sea de una forma concreta. ¿Por qué no hacer cosas aunque no sea lo que se hace siempre? ¿Por qué todo tiene que ser siempre igual? ¿Por qué nos dan miedo las cosas no comunes? ¿Por qué nos da tanto miedo dejarnos llevar, sentir placer e interés por algo nuevo? ¿Por qu
Imagen

Carta del pasado.

"No sabés quien soy, pero yo sí se quien sos. Te conocí, y me conociste aunque a veces no lo recordás, aunque a veces no lo querés recordar, aunque a veces se te llene el alma de tristeza, de preocupación, de resentimiento, de culpa. O también hay veces que recordás y se te llena el alma de un sentimiento bueno, único, alegre, un sentimiento que te ilumina aunque ya haya terminado eso que te hacía feliz. Y así soy yo. Algunos optan por recordarme sólo cuando les conviene, algunos optan por olvidarme y erradicar de sí lo que experimentaron conmigo, y otros son mis victimas, están encarcelados. Solo viven para recordarme todo el tiempo. Quizá eso que viviste conmigo te sirva como experiencia, quizá no. Quizá eso que lloraste conmigo mañana no lo llores, quizá no. Quizá lo que no valoraste conmigo mañana lo valores, quizá no. Y muchos mas quizá que dependen de cada uno. Cada uno es víctima de esos ayeres que pueden convertirse en mañana.  Suelo ser una culpa, un desliz, un error par

Ya (no) fue.

Fue el martes. Tengo todo tan real en en mi cabeza que asusta. Y no porque tenga buena memoria, sino que simplemente me acuerdo de las cosas importantes y destacables con más claridad. Y si, esto es importante, bueno para mí. El martes fue uno de esos días que estuve sola en mi casa, por ahí leyendo un libro, por ahí viendo una película, lo típico. Pero no solo eso, el martes me sumergí en mi misma, como si me hubiese sumergido adentro mío, mas precisamente me sumergí adentro de mi cabeza. Me ví a mi misma en un montón de situaciones, en diferentes aspectos. Pero también me vi a mi misma en momentos que nunca me pude ver, que nunca hubiese podido afirmar que la que pensaba eso era yo. Como una discusión, un debate y una contradicción. Seguí sumergida durante un tiempo, quizás pasaron segundos, minutos, horas y no me daba cuenta. Pero el mundo se paró especialmente cuando me cayó la ficha de algo, de algo trillado, de algo raro no sé ni como escribirlo. Me di cuenta que había una gue

Un ratito más.

Todo había cambiado. Y ellos lo sabían aunque les costaba admitirlo. Fueron testigos de como la vida les usurpó una parte de sí y les arrebató una realidad efímera, pacífica y feliz para imponerles una realidad más dura, menos llevadera. Fueron testigos de como los juguetes desparramados por toda la habitación  incluyendo las muñecas, la pista de autos, los rompe-cabezas fueron desplazados para colocar en su lugar una pila de libros y el escritorio que sus padres habían comprado. Todo había cambiado. Y ellos lo sabían aunque no querían admitirlo. No entendían como la vida podía golpearlos de tal manera, no entendían como de un día para el otro tenían que estar forzados a vivir de una forma completamente distinta. Durante sus cortos años de vida habían escuchado a sus padres repetir: "Aprovechen lo lindo que dura poco", "Vivan el momento que después se van a arrepentir" frases que se fueron repitiendo en distintos momentos de sus vidas. Como por ejemplo cuando dejaro

Vuelta de Tuerca I

Ya no entendía. Ya no sabía. Ya no pensaba. Hacía un esfuerzo para comprender lo que le estaba pasando, buscando una explicación... pero nada. Así estuvo minutos. Horas. Días. Meses. Algunos dicen que hasta años. No dejaba cabos sueltos, tenía esa obsesión y siempre la manifestó a lo largo de su vida. No podía comprender como algunas cosas que le pasaban, terminaban como terminaban y porque no habían sido de "la otra forma", mejor dicho como quería que fuesen. Lo mismo le pasaba con las personas, no entendía el por qué de sus actitudes, y no entendía el por qué de sus reacciones. Su vida tenía que tener un por qué, un cómo, un cuando sino no lo entendía. Siempre tenía que ponerle título a todo, lo incierto y la espera no eran de su agrado. Vivía para lo cierto y rechazaba lo abismal.  Como yo.

Analogías II

"Ser solo", "Estar solo" dos conceptos que a simple vista son lo mismo, solo varía su verbo. Ese verbo que lo cambia todo y hace que sean dos oraciones distintas, dos realidades distintas. El verbo "ser" engloba una condición, un "estado" liso, un "estado" que por lo menos durante mucho tiempo va a seguir igual. Ser solo es esa realidad, que puede ser impuesta por los demás o impuesta por uno. Ser solo no es lo mismo que ser independiente, ser solo es vivir en TU realidad, subestimando la realidad misma, subestimando al mundo. Todos somos independientes pero solo para algunas cosas, el ser humano de por sí siempre va a depender o va a estar condicionado por alguien, por algo, por alguna cosa. Una persona puede ser sola porque solo se siente a gusto en sí misma y viviendo por sí misma sin necesitar de algo o de alguien para vivir. Una persona sola es narcisista con la soledad, le atrae y se siente a gusto (quizás demasiado) con ella. Es

Te ví

 Lo vió. La vió. Se vieron. Ahí estaba él, aproximandose a ella desde lejos, haciendo paso entre la gente que invadía ese lugar, esquivando empujones, insultos. Cada vez se acercaba más, como si lo hubiese llamado con la mente, como si se conocieran hace mucho tiempo, quizás ella lo estaba esperando o quizás simplemente apareció o quizás  las dos cosas al mismo tiempo. Se decía que las personas que estaban presentes reaccionaban de distinta manera: algunos indiferentemente siguieron caminando sin prestarle atención a lo que acababa de pasar tan importante para ella y para él, algunos miraban atentamente sorprendidos y con un poco de envidia y celos en su mirada, algunos quejándose exclamaban: "Corransé de acá que la vereda es para caminar, con el amor a otro lado." Nadie sabe y nunca sabrá que pasó con ellos, por ahí fue algo de un segundo y cada uno siguió su rumbo, por ahí intercambiaron charlas, risas, llantos, alegrías y están felizmente juntos, por ahí ella le cuenta l

Búsqueda

Lo diferente.... es diferente, ya no sé ni como categorizarlo, ni definirlo, lo diferente no es malo ni es bueno, es ambiguo. Lo diferente atrae, como si me provocara para que lo pruebe. Algunas personas se lo toman como algo positivo porque buscan, buscan sin parar, disfrutan buscar, disfrutan pensar que en la "llegada", algo estará esperando para ellos. Yo soy buscadora, yo busco lo diferente, hasta que lo encuentro y ya es igual a todo lo que conozco y ya no me genera ese sentimiento de... ¿Cómo se llama? ah sí, perseverancia. Lo no conocido me genera curiosidad, ansiedad hasta incluso placer y euforia, a veces encuentro lo que imaginé hace mucho tiempo o lo que pensé que iba a encontrar alimentado por la ilusión y la idealización. y a veces simplemente lo encuentro y por la desilución y por la "no sorpresa" ya lo tomo como "lo que no pudo atraparme" y lo hago un lado. Pero no todo es ideal, frente a lo agónico despierto sentimientos que no querría des

Mueve, une, sana y calma música llenas mi alma.

Y de repente todo cambia, todo se transforma, todo deja de ser como era antes, todo cambia  de forma, todo cambia de color, hasta incluso ese cambio se manifiesta en mí. Todo es diferente cuando mis oídos se empiezan a llenar de esos sonidos, de esa "música" simplemente para algunos, y ese "arte", ese "bien" para otros, como por ejemplo para mí.  Cuando comienza una canción, cuando empiezan a sonar los primeros acordes, las primeras melodías, siento  que ya no soy parte de mí o mejor dicho una partecita de mi cuerpo se desprende y va viajando a través del tiempo, a través de mi vida, a través del espacio, a través de mi mente. Cuando comienza una canción se transforma todo en un momento, un recuerdo o incluso una persona, como si me conociera, como si el cantante sabría de mi existencia, de mi vida, y de cada uno de los sentimientos que quisiera transmitir. Ese viaje que voy realizando llega a su fin cuando termina la canción, me voy desprendiendo de lo q
Imagen
Un error, otro error, no aprendí la lección.  Por volar te perdí, n os perdimos los dos   y  por eso, desde lejos siento que te vas.

El miedo al miedo.

No importa cual sea la situación, no importa cual sea el momento, no importa qué haga o cómo lo haga, el miedo siempre esta ahí, condenándome, perturbandome, preocupandome hasta incluso paralizandome. El miedo... siempre aparece, para mí sería algo así como un "mal disfrazado". Como si me estuviera probando y viendo hasta donde soy capaz de llegar, como si conociera cada una de mis limitaciones y mis puntos débiles, sabe florecer mis temores más profundos.  Pero hay algo peor que el miedo, que el miedo propiamente dicho, yo por ejemplo le tengo miedo al miedo. Le temo al miedo a la inseguridad, le temo al miedo a  lo incierto, le temo al miedo a lo no seguro, le temo al miedo a lo que no puedo definir. ¿Y si esto está mal? ¿ Y si esto no es lo correcto? ¿Y si estoy desaprovechando una oportunidad? ¿ Y si estoy aprovechando la oportunidad que no debo aprovechar? son esas preguntas paralizantes que..... nunca voy a poder contestar o por lo menos si el miedo se apodera de mí

Analogías I

Según mi diccionario palabra significa "Sonido o conjunto de sonidos articulados que expresan una idea o designan una cosa". Las palabras.... comúnmente son designadas a una "cosa" a algo figurado, algo que decimos todos los días de nuestra vida, es lo que resulta de nuestra capacidad de hablar. Pero las palabras no son solamente eso, las palabras son amor, son odio, son deseo, son tristeza, son libertad. Las palabras somos nosotros, somos lo que queremos transmitir, salen de lo más profundo de nuestro ser. Pero a su vez el poder de las palabras se pierde. Se pierde sino está acompañada de su rival, de lo que nos hace dudar a todos: las acciones. Las acciones representan la fuerza de las palabras, sin acciones las palabras se pierden, se extinguen, se mueren y lo peor: no significan nada. ¿Trágico no?

Ese "no se qué" que me causa un "qué se yo"

Todo se mueve rápido a mi alrededor, cada vez que doy un paso siento como si todo el camino recorrido se deshiciera, como si recorriera arenas movedizas, donde ni siquiera el piso me podría sostener si me caigo.  Algo así es lo que siento, bah no sé si siento, y tampoco sé como es sentir. Como sino pudiera describir qué es lo que me está pasando. Sentir, pensar con claridad y definir son cualidades mías que quedaron muy atrás, como si entrara en un territorio desconocido donde ni siquiera yo me conozco, solo dejo que estas sensaciones nuevas llenen mi cuerpo y habiten en mí. Ni siquiera me salen las palabras, solo puedo decir que estoy inundada de ¿bienestar? ¿alegría? pero a la vez ¿ melancolía? ¿tristeza? ¿miedo? Sí, con signos de preguntas porque ni yo lo sé. Supongo que con el tiempo lo sabré, sólo me dejo llevar, ¿De eso se trata no?

Se acabó lo que se daba. Todo llega a su fin.

Siempre tuve algo muy en claro: El tiempo pasa muy lento cuando hago algo mal, cuando paso por un momento que no quiero pasar, cuando estoy en el medio de esa clase interminable de matemática que tanto odio. Al contrario, el tiempo pasa muy rápido cuando estoy feliz, cuando estoy disfrutando, cuando hago eso que tanto me gusta, etc. De la combinación de ambos ejemplos se trata mi paso por la secundaria, el resumen de estos 4 años ya vividos y el año que empiezo, el último de esta etapa, el cierre, el final.  Siento que fue ayer cuando estaba en séptimo grado, ansiosa, nerviosa, entre feliz y eufórica y deseaba conocer ese mundo nuevo al que todos llamaban secundaria. Siento que fue ayer cuando empecé primero, cuando empecé segundo, cuando empecé tercero, cuando empecé cuarto. Me veo a mi misma y me digo: "¿En serio estoy en quinto?", ¿Cuándo pasó esto?". Hubo momentos en los cuales estos años se me hicieron interminables pero a la vez tuve momentos tan hermosos, únicos

Dicen que la buena felicidad no se nota.

Llorar? Sí, lloro. Lloro por dolor, angustia, resentimiento, tristeza, cuando las cosas no salen como espero. Llorar me parece un signo de debilidad, de transparencia, de desnudarte de alma. Llorar de felicidad? Sí, también. Llorar de felicidad me parece similar a tocar el cielo con las manos, me parece el símbolo más adecuado y acertado para demostrar mi bienestar, mi pureza, mis ganas de vivir, mis ganas de decir: "Quiero ser feliz, SOY FELIZ". Llorar de felicidad es.... dificil, porque las personas tenemos ese defecto, ese presentimiento que nos dice: "Las cosas están saliendo muy bien, y me asusta, me asusta que de un día para el otro esté viviendo en una agonía otra vez" porque desconfiamos de nuestro bienestar, la felicidad nunca es suficiente para nosotros, o por lo menos para mí.  "En la vida no se puede tener todo, sin embargo, es necesario aspirar a ello, porque la felicidad no es una meta sino un estilo de vida."- Federico Moccia

Crisis

"Una vez que tocaste fondo, tenés que resignarte" dicen, "de ahí no salís más", dicen. Siempre tuve algo muy claro, tocar fondo trae tristeza, dolor, sufrimiento, desilusión  idealizaciones frustradas, pero también trae otras características o fortalezas, no se bien como decirlo. Cuando toqué fondo me di cuenta la fuerza y la perseverancia que tuve para llegar hasta ahí, cuanto empeño le puse a esa meta que no resultó pero me demostró las ganas y el esfuerzo que tuve para salir adelante. Me demostró que fue el fin y que no va a existir ni haber nada peor. Tengo las cartas jugadas, corté el juego y lo terminé. Pero puedo empezar otro juego nuevo, buscarle otra estrategia para no terminar la partida de la misma forma, para no tocar fondo.
No sé si me puse serio o me estoy riendo,  si quiero abrazarte o salir corriendo . N o es nada fácil seguirme el paso,  menos que mire al piso y que te haga caso.  Puede que sea difícil hablar conmigo  a veces soy incoherente o me contradigo . P uedo gritarle a la gente que mas quiero,  tal vez abrace a todos mis enemigos. El día que ya no venga ni me menciones,  solo encontrá tu lucha y no la abandones. Q ue importa si no llegas a ninguna parte  si le pusiste amor a tus convicciones.