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Mostrando entradas de 2019

Muerte anunciada

Resulta que al final caí en tu propia campaña política. Caí en tu propio circo mediático para captar un par de corazones hambrientos y desesperados. Deposité en esa urna un par de ilusiones y me quedé con las dudas. Dudas que en realidad eran certezas para el que no quiere ver ni escuchar, para el que en realidad necesita que le endulcen los oídos un poquito para terminar de saltar.  Ahí estabas mintiéndome en la cara y cagandote de risa detrás de la careta más tierna que podrías llegar a lucir. Pero en realidad no caí sola, me dejé caer. Me dejé caer en mentiras anunciadas que yo misma decidí comprar, porque a veces creer es mas simple que cuestionar. Nunca pude ni quise cuestionarte. Me aturdí pensando en posibilidades que sabía que nunca pasarían solamente por no desconfiar de tu mala fe, al final la que siempre tuviste. Siempre siendo tan gila, haciéndome cargo de tus promesas vencidas y vos ahí viendo como te apiadabas de mi, una simple mortal que te dio en un voto todo lo qu

Exceso de expeculación

Me da hasta un poco de risa saber que estamos los dos parados frente a un muro esperando que se rompa. O que resista. Mirando fijamente sin hacer nada y ni siquiera viéndonos la cara. Esperando el impacto de algo que nadie sabe exactamente que es y si posta existe o es simplemente producto de haber flasheado de más. Nos envolvimos en un huracán y nos dejamos llevar con el, pensando que su fuerza nos iba a depositar en algún lugar. Aunque sea un lugar de mierda y lleno de basura. Pero por lo menos “estando”, teniendo alguna razón para ser. Nunca nos dimos cuenta o mejor dicho nunca quisimos porque acá no se quien es mas gil, que quizás ese algo no existe y ese muro sera eternamente eso. Un muro. Que ni mil tiempos futuros nos traerán ante nuestros oídos ansiosos la respuesta que queremos escuchar, porque pensamos que esa respuesta va a venir cuando quizás al destino ni le pinta. Nos sedujo la idea de pensar que el arte de coincidir es suficiente para construir cuando por ahí fue solo p

Señorito X

Como empujar una puerta con un cartel enorme de “tire”. Como abrir un paquete de papas fritas que se siente lleno pero solo de aire. Yo me llevé puesto tu desinterés y me hizo mierda. Me la pasaba empujando cuando tenía que tirar. Cuando tenía que dejar de conformarme con promesas bien vendidas, con palabras azucaradas que al final no dicen nada. Cuando tenía que dejar de esperar el impacto de tu indiferencia. Y ahi estaba. Ya perdí la cuenta de las veces que me quedé ahi expectante  para verme a mi misma como una pelotuda importante mientras vos jugabas a ignorarme. Al fin y al cabo sos un adicto del juego retorcido del que me tenés como protagonista. Venis. Te divertís un poquito. Y te vas. Sin remordimientos. Sin darte vuelta mientras te vas desdibujando en la multitud. Pero eso solo se hace en las despedidas. Esto no es una despedida. Sos tan perverso que sabes que me quedo quieta. Quieta por vos. Quieta esperando a que vuelvas. Total te despedi en un millón de nuncas. Te putee en

Estoy bien mal

     Había pasado tanto tiempo que no recordaba cuando fue la última vez que me habían abrazado con tanta fuerza. Tus brazos me rodearon con firmeza pero con la mayor de las delicadez. Hacía mucho que te esperaba, pero no te vi venir. La vida se encargó de que te viera por primera vez cuando ya estabas casi en mi nariz. Llegaste y te quedaste. Por primera vez. Por primera vez no fui víctima de excusas y mambos ajenos, fantasmas de alguien más. Por primera vez no me pusieron a prueba. Ahí estabas en frente mío. Y te quedaste. Sin dubitar. Sin esperar mi aprobación. Pero yo no estaba ahí. ¿Y sabés que es lo peor? Que era capaz de morir por respirar los mismos besos que vos. Por compartirte mi universo del que tanto me avergüenzo. Pero no me salió. Y no me sale. Todavía me acuerdo las palabras exactas saliendo de tu boca: "Es tan simple como dejarse querer". Yo no sabía que decirte ¿Te acordás? Justo a mí me dijiste que eso. Que la calma nunca me pareció una prioridad y menos e

Cual es tu norte

Al final todos estamos un poco rotos. Un poco más. Un poco menos. Pero rotos. Te rompió el baldazo de no ser correspondido. Te rompió que la persona que resguardaba tu mano con firmeza, un día la suelta con toda la indiferencia que le cabe en el cuerpo. Te rompió saber que aquel que supo ser un referente, te dio vuelta la espalda cuando más necesitabas un abrazo. Te rompió que incluso seres queridos te juzguen, te señalen con el dedo aunque hayas dado el paso de tu mayor acto de valentía. Te rompió haber dado todo a cambio de una miseria. O peor. A cambio de la nada misma. Te rompen y la vida también te supo romper. Hasta quedar hecho mierda y reducido a escombros. Pero para gustos los colores. Y para roturas, una medicina distinta. Un sedante. Una morfina que elegís para elevarte y sentirte entero por un rato. Pero no seas boludo. ¿Por que sabes que es lo peor? Que emparcharte y ponerte una curita no es sanar. No es cicatrizar. Siempre digo que el ser humano con tal de no desnudar su

ponele

Mis vicios mortales se vuelven más seductores los domingos. De repente el atado de puchos a medio terminar me invita a saborearlo con ganas desesperadas. De repente mi cuerpo tiene ganas de chocar con otro sólo para perder el tiempo descubriendo los lunares de alguien más. Y ahí estoy. Buscando una razón para que mi opacidad mental haga juego con la atmósfera. Aunque sea por un ratito. Buscando una razón para mirar afuera lo que no tengo ganas de mirar adentro. Hoy es domingo y me quema por dentro.  Hoy es domingo y quiero matarlo ardiendo en tu boca

say no more

Viniste a mi vida ya estando lejos. Siempre con un pie dentro de mi universo y otro adentro tuyo por si tenías que huir de mi y correr a lo seguro. Así te conocí. Roto. Aunque en el arte de disimular siempre fuiste un campeón y en el de alardear yo diría un semidios. Ahi estabas, lejos, roto y distante pero me gustaste igual. Me gustaste. Me quise morir en tus besos. Me desvivía pensando como desnudarte los pensamientos. Buscando la forma de que estes cerca. Buscando la forma de que estes del mismo lado de mi puerta. Igual pará. Se que lo sabías y que vos te desvivías por tenerme cerca, por darme los besos mas ricos del mundo. Pero mi presencia era como ponerte alcohol en la herida. En el momento te aliviaba, te sentías sanando pero ardía, y la idea de estar en llamas para curarte nunca fue lo tuyo. Decidiste quedarte así. Roto y con una herida de la puta madre. Así es como termine de perder la posibilidad de tenerte. Dando de baja la posibilidad de armarte de nuevo, de desnudarte de

Correte

Si me das a elegir prefiero una bala que me rompa todos los órganos del cuerpo y me deje tendida en la escena del crimen. Morir desangrada de dolor porque los giles del Same llegaron tarde como siempre. Entregarme a los brazos del grito agónico de la muerte y no entregarme a la rigidez de una cama de hospital ni ser testigo del llanto de mi vieja. Ni da Pelear para seguir en un mundo donde estoy mas muerta que viva. Padezco más la herida de un cortaplumas. Ese que te abre la piel. Pero apenas. Una superficialidad que te hace un surquito de sangre pero duele como la puta madre. Sangra de a ratitos y te arde como si te hubieses calcinado en un incendio. Porque puede cicatrizar hoy, mañana o pasado y si sos medio torpe se te abre un poquito más todos los días.  Las palabras que no se dicen son como el cortaplumas de la boca que las encierra. Te duele la sensación de lo que se dijo pero en realidad el silencio te empapó los oídos. Te arde y te revuelve el estomágo pero en realidad solo

Breve descripción de mi persona

Con la misma boca que te doy los besos mas ricos del mundo, puedo pronunciar las palabras mas groseras para que te vayas de mi. Y lo peor es que en el momento me jacto de ser la campeona de mi vida y después me quiero comer los nudillos. Por eso soy impulsiva. Pero estoy lejos de sentirme una capa por eso. Doy rienda suelta a mis mambos para después ir corriendo a pedir perdón como un cachorro asustado porque si algo no tengo es orgullo. Pongo play y rebobino mi vida cuantas veces quiera sin avengorzarme. Pedir perdón no me asusta, al contrario soy una fanatica empedernida de disculparme incluso cuando se que eso es tarea ajena.  Soy apegada. Demasiado. No se si mi mamá fallo en mi crianza o fallé yo misma. Le tengo fobia a dos cosas: a la muerte en todas sus variantes y a perder vínculos. Me rompo la cabeza contra la pared 2400 veces antes que aceptar que alguien se fue de mi vida y a veces para no volver más. Parecería que la soledad me da miedo cuando en realidad es mi terapia pe

Obsolescencia programada

Se ve que tenés un talento natural para llenarte la boca de miedos que no afrontás, de deseos que nunca cumplís, de palabras que nunca decís. Y lo peor es que a veces se me da por creerte. Casi. Pero después me doy cuenta que nunca podría creerte porque no te la crees ni vos mismo. Enterraste tan profunda la mentira que te metiste en el disfraz y ahora te cuesta salir. Te divierte escupir palabras de más que no dicen nada. Sólo se dibuja la palabra “cagón” en el aire. Te esmeras en disimular la fobia a que te quieran de verdad, aunque lo único que gritas en silencio es que te quieran bien y que te desnuden el caparazón. Pero no te voy a ayudar a que te encuentres y escupas ese miedo de mierda que tenés. Me querés hacer complice de tu cobardía cuando lo que menos soy es cobarde. Y por favor no me pidas que te entienda, ni que comprenda tus fantasmas del pasado que tanto mal te hicieron. Porque eso no es excusa. Las únicas excusas que existen son las que tramás con tanto ingenio solo pa

Génesis

Y me costó entender que el que rompe una vez, rompe dos veces. Que el que disfruta de endulzarte el alma con retrucos mentales, se vuelve un fanático de su propia medicina. Que el que te desarma, te vuelve a armar pero a veces solo para verte roto de vuelta. Que el que se aleja, siempre vuelve. Pero volver con otro disfraz ya no es volver. Es querer que vos lo veas volver aunque ya esté muy lejos.  Y me costó entender que esperar que el otro cambie, es una forma cobarde de no ser. De convertirse en la marioneta del Diablo. De dar rienda suelta de tu universo personal, al mundo de lo hostil.  Y me costó entender que en realidad el afuera nunca cambia.  Cambia uno siempre.