Cual es tu norte

Al final todos estamos un poco rotos. Un poco más. Un poco menos. Pero rotos. Te rompió el baldazo de no ser correspondido. Te rompió que la persona que resguardaba tu mano con firmeza, un día la suelta con toda la indiferencia que le cabe en el cuerpo. Te rompió saber que aquel que supo ser un referente, te dio vuelta la espalda cuando más necesitabas un abrazo. Te rompió que incluso seres queridos te juzguen, te señalen con el dedo aunque hayas dado el paso de tu mayor acto de valentía. Te rompió haber dado todo a cambio de una miseria. O peor. A cambio de la nada misma. Te rompen y la vida también te supo romper. Hasta quedar hecho mierda y reducido a escombros. Pero para gustos los colores. Y para roturas, una medicina distinta. Un sedante. Una morfina que elegís para elevarte y sentirte entero por un rato. Pero no seas boludo. ¿Por que sabes que es lo peor? Que emparcharte y ponerte una curita no es sanar. No es cicatrizar. Siempre digo que el ser humano con tal de no desnudar sus flaquezas es capaz de hacerse mierda. De intoxicarse con vicios ajenos. De atribuirse placeres que no son mas que masoquismos necesarios. De vivir la vida de alguien más. De matar la cobardía con un par de litros de whisky. De hacer cosas en nombre del amor cuando eso se llama soledad. Las carencias no se llenan con carencias. Eso no es llenarse. Eso no es sanar. Eso es vaciarse. Es romperse. Porque peor que te rompan. Es que te rompas a vos mismo. Y de ahi te juro que no volves más. 
Porque para sanarse posta, para sanarse de verdad hay que tener huevos. Para sanarse de verdad hay que dejar de tener miedo.    Para dejar de tener miedo tenes que dejar de buscar afuera y buscar adentro. Buscar adentro. Escucharte a vos. Escuchar a tu alma que grita en tu interior aunque a veces  te encargues de callarla. De taparla con ruidos, con excesos, con opiniones ajenas. De darle lo que necesita. Darte a vos lo que necesitás. De dejar de vivir en la comodidad y salir a buscar. Y te pido por favor que no seas cagón. Porque lo que menos necesita este mundo es gente que se avergüence de sentir lo que siente, que se avergüence de ser lo que es, que se avergüence de pensar como piensa. En serio. No seas cagón.    Hacete cargo. Pedí un abrazo si queres protegerte en los brazos de alguien más. Agarrá el telefono y manda ese mensaje. Llorá para liberar tus fantasmas. Para liberarte de vos. Perdete si eso te permite volver a encontrarte. Jugatela una, dos, millones de veces. Y por favor no te quedes con las ganas. No te quedes con las ganas de dar los besos más ricos del mundo, no te quedes con las ganas de gritarle a ese pibe que lo querés. A tu mamá de decirle “tenias razon” cuando no escuchaste sus “te lo dije”. Pegale una patada en el culo al orgullo. Que te da mas razones para perder que para ganar. Que no te deja pedir para no sentirte menos que el que tenes al lado. Si necesitás. Pedí. Pedí sin verguenza. Date una oportunidad. No te arrepientas nunca de nada. Pero nunca.

Y si me preguntás que deseo, te contesto que ojalá nunca te rompan, y ojalá nunca me rompan. Nunca. Que nadie se atreva a cagarte y a cagarme a palos el corazón. Pero la vida es eso. Es morirse desangrado y sanar. Es intoxicarse y limpiarte. Pasa la vida y renacés todos los días aunque no te des cuenta. Pero jamás te cagues a trompadas a vos mismo. A tu compañía infinita. No te rompas por no saber enfrentar tu mayor temor. No te rompas por miedo a sanar. Porque si te destruís en lugar de curar te juro que de ahí no volves más. 

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