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Mostrando entradas de agosto, 2014

Merlín

Cuando me dispongo a empezar a escribir esta entrada, y a tipear rápidamente, unas patitas saltarinas se hacen dueñas del teclado como si él supiera que va a ser el protagonista de este relato. Con casi 4 meses, consiguió que lo quieran toda su vida, y ni hablar que apenas comparto con él solo un escaso mes. Es más, algunas veces me gustaría que sea consciente de lo que es capaz de despertar con tan sólo acurrucarse a mi lado  y con un maullido. Siempre sostuve que su pelaje era la mejor forma de describirlo, Merlín es el Ying y el Yang, su pelaje blanco es la quietud que se apiada de él mientras duerme  y que me transmite a mí cuando lo observo en ese estado de incosciencia, cuando apoya sus patitas en mi cara y ni hablar cuando me observa con esos ojos del color del sol. El manto negro que lo recubre es su lado bullicioso, su hiperactividad, cuando me despierta a las 7 de la mañana para ganarse mi atención, hasta sus rasguños que ya son parte de mi piel y llevo con orgullo.